Marine Corps Marathon 2010, la maratón de la gente


La Marine Corps Marathon se celebró en Washington por 35ª ocasión, es considerada la cuarta en importancia después de Boston, NY y Chicago para los norteamericanos. Con estos pergaminos y 32.000 participantes (10.000 de ellos en un 10K que se corre en paralelo el último tramo de la maratón) hacen de esta una fiesta para el corredor popular. La Ale Kantor nos consiguió tres amplias minivans para ir a la partida, ya en el lobby del hotel en Georgetown a las 6:30 de la mañana se respiraba ese rico y tan característico ambiente mezcla de nervios y complicidad entre nuestros compañeros Santiago Runners, como un grupo de niños antes de hacer una travesura. Nos bajamos en el Pentágono, ante la gran concurrencia y revisiones propias de eventos masivos tuvimos que salir corriendo hasta nuestros corrales. Parte la carrera, yo me ubiqué con Jaimito Sanhueza convenientemente a 10 metros de la línea de partida, y nos fuimos juntos por 10 kilómetros siguiendo al pacer de 3:10. Mas atrás un interesante grupo de SR paceados por Sergio Rodriguez para bajar las 4:00: Pauli, Andrés Calderón, Patymac, Karin y Patito. Otros con Omar de pacer como Carlos Rumié, Gonzalo Roure quien luego fue esperando y marcando el paso a Mariana y Magdalena. Ese era el espíritu de equipo que se respiraba en la carrera. El recorrido es hermoso, sobretodo en otoño, Washington es una ciudad baja, muy arbolada con cualquier cantidad de parques. La temperatura que nos tocó mejor imposible: 10 a 14ºC, parcial despejado y casi sin viento. En cualquier parte da para hacer record pero un detallito: el circuito es duro, similar a NYC. Si dividimos la carrera en tres, la primera parte es como correr por el parque metropolitano en miniatura eso si, la segunda es un panqueque de plana y la tercera es una mezcla con subidas muy tácticas.
Salimos de Virginia y cruzamos el Potomac hacia la reserva natural de la U. Georgetown me sentía maravillado entre tanta casita linda con laguna incluida. Decidí guardar piernas y Jaime se me perdió de vista. Cuando terminé el tramo por Georgetown y comenzó la parte plana aceleré prudentemente el ritmo. Esta parte es un caramelo para el alma de un runner, planito, recorriendo la ribera del río más una cancha de golf. Por el kilómetro 25 nos metemos en el corazón de Washington donde muchos compatriotas apoyaban, y nortemaericanos tambien, incluso escuché dos CHI-CHI-CHI de unos gringos, casi me fui de espaldas y tuve que replicar con un fuerte ELE-E!! la marca que dejaron los mineros aquí es super palpable ya que el año pasado unos mineros en Virginia vivieron un situación similar y los dejaron morir antes siquiera intentar sacarlos. Un gringo de una reputada tienda de ropa me dijo luego que lo de Chile fue una remezón a la conciencia y la forma en que se están haciendo las cosas en USA, eso me llegó.
Pues el corazón del DC se llama The Mall, y es un parque -para variar, así de linda es esta maratón- que reúne al poder ejecutivo, legislativo y cultural con edificios como la Casa Blanca, el Capitolio el museo de historia americana, la National Gallery, Museo Aeroespacial, etc... Washington está llena de tremendos museos y ¡todos gratis! con esto se termina el periplo por el DC para meternos en la ultima parte que se corre integra en Virginia.
Hay una parte por el kilómetro 32 que se llama Cristal City, y esta todo decorado con banderas multicolores y cualquier cantidad de gente alentando, acá uno se cruza con otros runners, a Jamie lo busqué y no lo vi. Al que si vi cuando venía entrando a la city fue a Carlitos Rumié a muy buen ritmo.
Al salir quedan cuatro kilómetros y me dije "bueno, total solo queda esa subida empinada que me comentó Felipe Cabello al final, voy a apretar para atacar las 3:12" (los 3:10 ya eran historia a esas alturas), cuando voe dos carteles que decían: "Beat the bridge", "that bridge it´s your bitch!". Alzo la vista y ahi una subida a un puente, "qué, tanto color le ponen!..." -me dije-, y empiezo a pistonear a buen ritmo cuando voy comprobando que no era un puente si no 2 kilómetros de autopistas con subidas y bajadas comepiernas. Vi a varios tratando de recuperarse de calambres a dos por allá vomitando, duro-duro.
Cuando por fin salgo por el Pentagon un marine me dice "¡one mile!" eso son 1.600 metros, yo esperaba divisar esa subida y no llegaba nunca, al final doblo a la izquierda y por fin la subida, 250 metros empinadísimos que obligaban a muchos a caminar, acorté el tranco y seguí pistoneando, cuando tras una curva la anhelada meta, cruzo en 3:14:16, lejos de mi meta pero contento de haber participado en esta linda carrera. Me dirijo por mi medalla y me quedo a los pies del monumento a Iwo Jima donde tengo vista panorámica de los que seguían llegando a la espera de mi señora que quería bajar las 4:00. Me junto con Gonzalo Roure que venía desecho, con Mariana que venía con la cara llena de risa "me hice 3:54:42, cuatro minutos menos que mi PR!!!", luego Omar que al final entre pitos y flautas se corrió como 45km "pucha que dura estuvo", me dijo, ("o sea que no estuvo nada de mal lo mio", pensé), veo a Sergio R. (el pacer), me sobresalto, ¡¡¿y la Pauli?!! , "se me quedó en el kilómetro 34" me dijo, cruzo los dedos, al rato aparece Nicolás Roca, Andrés Calderón, Ramón Eluchans y finalmente mi señora. La abrazo y le digo que aunque no bajó las 4:00 igual había bajado 4 minutos su PR (hizo 4:03), que le alcanza para ir a Boston el 2012 cuando cambie de categoría, asi que yo estaba super feliz y la Pauli media incrédula pero lamentando haberse quedado sin piernas. Por último esperamos a la Paula Vildósola quien corrió toda medicada con antibióticos por una infección y mal hidratada, lo que la llenó de calambres, primera vez que tuvo que parar, pero nunca pensó en abandonar. Su orgullo SR pudo más, como con Gonzalito Roure quien terminó en la asistencia médica por el esfuerzo (vino a correr estando en tratamiento por sobreentrenamiento), pero no aflojó nunca. Ese es mi club, esa es la calidad de compañeros runners que tenemos, ni hablar del ya crack de Jacobo Rojas quien ganó su categoría con su segunda mejor marca personal, notable. ¡Ah! ¿que pasó con Rumié y Jaimito, mi partner?, Carlos hizo 3:23:07 y Jaime 3:10:45, ocho minutos menos que su última maratón, toda una gracia.
Conclusión, una maratón dura pero hermosa que valió cada dólar invertido y kilómetro corrido.
Para terminar nos juntamos a comer en Nick´s, dato de Roberto Matus y Rodrigo Valdés donde comimos, brindamos y celebramos alegremente.


Adrián Rodríguez

Grupo del Santiago Runners junto al Potomac

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