Este año me iba a tomar mi tradicional semana de vacaciones
de verano, guardando un par de semanas para el resto del año. Pero aún soy
esclavo de una pega (a cinco años de comprar mi libertad ¡no la voy a echar a
perder!) y me obligaron a tomarme todas las vacaciones. Le busqué el lado
amable, y aunque seguí trabajando en otros lados, el desconectarme me sirvió
para darme cuenta que no sirvo para trabajo dependiente.
Partí a La Serena y para mi sorpresa había justo un 21K en
Coquimbo al día siguiente. Me inscribí sin problemas, retiré mi número y
dispuse a comenzar esa semana de descanso con mi señora.
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De rojo, pues no llevé mi tenida de competencia Santiago Runners |
En la mañana del 21K hizo un calor poco común para la ciudad
serenense, casi no corría viento. Pero me dio igual y a las 10:15am partimos el
primero de dos giros desde el Casino Enjoy hasta Coquimbo. Como íbamos junto a
los corredores de 5K y 10K siempre se hace difícil entrar en ritmo o decidir a
quien seguir. Recién en la segunda vuelta pude saber en qué posición estaba
(iba 9º) y enfocarme a ganar mi categoría, ya que la marca iba ser muy
discreta (terminé en 1:32:59). El calor y la falta de agua en el circuito (muy pobre abastecimiento
y personal mal entrenado) me permitió sacar a relucir mi experiencia
maratoniana, dando caza como perro a 4 corredores que me antecedían. Hace mucho
que no sufría una carrera, aunque finalmente sólo obtuve el 2º lugar de mi
categoría y 5º en la general, me hizo muy bien para la cabeza en vistas a mi
futura maratón 2014.
Lo rico de haber corrido el 2º día de vacaciones, fue que me
permitió descansar “sin culpas” y disfrutar de una pausa con trotes suaves,
durmiendo hasta las 9:00AM (lo que para mi es muy tarde), comiendo sin
miramientos, rompiendo la rutina que es de lo que se trata el ocio.
De vuelta en Santiago me he abocado a entrenar para mi 12º
maratón, que al parecer será en Sudamérica. Aprovechando la pausa que mi
esclavizante pega me ha dado, vivo el día a día, siguiendo mi programa. El
runnning me otorga la libertad de que carezco. Hoy vi un programa en que se
comparaba la vida humana a un ciclo diurno: amanecer prometedor y con tenues
luces (niñez), medio día con sol esplendoroso lleno de posibilidades (adultez),
tarde con luz pausada (vejez) y noche (muerte). Me pregunto cuando será el día en
que tenga un día esplendoroso, de momento, con 40 años, solo se aprecia parcial. Running, ampárame en
el ahora.
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