Es una de las carreras más masivas de USA con 20.000
participantes en 42K y un total de 100.000 repartidos en pruebas infantiles
(100 – 200 – 400 y 1600mt), 5K, 10K y 21K. Todo Disney se llena de runners de
54 países siendo el más masivo Brazil.
Decidí participar pues fue el maratón elegido para el debut de Valentina, la hija de Paulina. inicialmente iba a ser Nueva York, pero Disney nos ofrecía una experiencia familiar a mitad de precio (el maratón de NYC es carísimo), a la que se nos sumó Cristián, el
sobrino de mi señora de apoyo y barra.
Orlando no es cálido en esta fecha, de hecho el año pasado mi amigo Alfredo Durán quien ganó un premio para venir a correr los 21K me contó que el frio era calador.
Nada mal para un maratonista, sobretodo considerando la humedad del área y que mientras más frío menos posible de toparse con cocodrilos, sí hay cocodrilos en las carreteras y hay que estar vivo el ojo. Sin
embargo este año para mi desgracia fue el año “humedus horribilis”. Primero Rosario,
en junio con temperatura de 20ºC, soleado y 100% humedad. Y ahora Disney según
accuweather.com apuntaba nublado con 19º a 20ºC y 93% humedad.
Dos tercios del equipo estaba medio trajinado, Paulina cojeaba de su
pierna derecha con problemas en el gemelo y tibial anterior, la Vale con una
leve fascitis en su pie izquierdo. Nada que hacer, solo confiar en el
entrenamiento y ver cómo se daba la carrera.
Nos despertamos el domingo a las 3:00 am (¿se me olvido
decirles que la carrera parte a las 5:30?), desayuno liviano y al auto. Un taco
de proporciones a las 4:00 nos retrasó media hora. Yo estaba medio atacado y la
Vale ni qué decir. Finalmente llegamos al estacionamiento de Epcot, fotos,
besos y volé a dejar mis cosas pasando por cada control, y dos WC químicos,
jeje. El tramo me llevó unos 20 minutos así que me ubiqué en mi corral a las
5:00am en punto. Me tocó el corral A por mis registros previos, del corral B
hacia atrás todos leseando en cambio en el mío todos serios, el animador de la
partida nos tiraba muchas tallas al respecto pero pocos se reían. Sabíamos lo
que se nos venía.
Hora 5:35 y bum! Partimos con fuegos artificiales (cada dos
corrales tiraban otra pirotécnica partida). Partí a lo que creí era un ritmo
prudente, y en el primer kilómetro marco 4:56, estaba apanicado. Rosario me
dejó traumado, lo reconozco, hace rato que no sentía miedo en una carrera como
lo fue en esta.
Ya en el kilómetro 6 agarré ritmo bajo 4:30 y mis shorts
goteaban de humedad, increíble. Al entrar en Magic Kingdom (Castillo de la
Cenicienta) en el 8K las sensaciones mejoraron pues el espectáculo de luces es
maravilloso, de cuento de hadas y con mucho público por lo demás.
Este maratón recorre los cuatro parques temáticos Disney: Magic
Kingdom (8K), Animal Kingdom (15K), Hollywood Studios (38K) y Epcot (40K)
además de un buen tramo por ESPN (30K) el resto son largos tramos en carreteras
las que son animadas por escenarios de películas y personajes Disney. Es parte
del atractivo de esta carrera, te puedes sacar fotos en cada uno de estos
puntos, ¡sin embargo hay que tener paciencia pues a veces se forman filas!

Ya en los kilómetros finales llamaba la atención la cantidad
de caídos en puesto médicos, gente acalambrada y runners caminando. De hecho me
pasó un brasilero con muy buena zancada en el 38K solo para desplomarse en el
39K con visibles muestras de dolor en el izquiotibial. Otros dos se pusieron a
caminar a 800 metros de la meta. No lo podía creer.


En eso aparecen junto a Cristián en el auto muertas de la
risa con sus medallas ¡lo habían hecho regio y pasado fantástico! Qué alegría
más grande. La Vale debutó con 4:24:02 y la Pauli llegó en 4:32:01.
Eran recién las 10:30am, así que tras ducharnos, partimos rumbo
a Animal Kingdom a disfrutar del parque y una pizzas. Por la noche unos “brontosaurios”
con cervezas y compartimos en profundidad la experiencia vivida en particular
por Valentina.
Una vez en la vida se debuta en maratón y la mirada cambia,
solo quien se atreve a materializar ese desafío sabe de lo que estoy hablando.
Uno se siente “invencible”, pero esa historia es muy particular y no me
corresponde a mí contarla.
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