Lisboa. Cuidad y maratón de múltiples facetas

Lisboa siempre estuvo presente dentro de mi lista de lugares por conocer, la imaginaba misteriosa y romántica, llena de sorprendentes rincones y recovecos.

Paulina siempre quiso correr la media maratón y cruzar el famoso puente…  sobre el río Tajo. Así que cuando el Santiago Runners organizó un viaje, nos subimos de inmediato. Además, por cercanía con España, aprovechamos de invitar a la Vale, Carlos y Mila para que nos acompañaran, lo que resultó en un viaje más familiar y placentero.


Nos alojamos en un hotel cerca a Plaza do Comercio donde estaba la meta y a pasos del hotel oficial, el Pestana CR7 muy fashion, no por nada lleva el sello del ícono nacional Cristiano Rolando. Ya recogido el número en la discreta Expo maratón, el grupo de unas 25 personas entre corredores y familiares nos juntamos el viernes 7 en Plaza do Comercio a la foto oficial, todo coordinado por Nano Castillo, quien iba por su primer 21K desde su infortunado infarto acompañado de Paty Bolbarán. Ahí estaba Manuel Oyarce con Xime e Ignacio peluseando como de costumbre,  Rori con Cecilia, Molina, etc… y Jacobo, quien cumplía 77 años al que cantamos al unísono el “cumpleaños feliz”. 


Los días previos muy relajados, paseando con los chicos. Recorriendo el Castelo Sao Jorge, el barrio de Belém donde visitamos y comimos las famosas Tartas de Belem en su negocio original, deliciosas. La verdad, no me privé de casi nada, solo evité beber alcohol así que hidratándose a pura cerveza local Sagres 0%.


El domingo nos pusimos de acuerdo con Carlos Gallardo, Seba Letelier y Jorge Plaza de los Reyes para juntarnos a las 6:00AM en la estación de Cais do Sondré para tomar el tren, viaje de 40 minutos hasta la partida. Pero con tanta gente solo coincidimos Carlos y yo. Por fortuna nos encontramos con Seba y Jorge no más al llegar a Cascais.


Ya en área de partida había buen ambiente, relajado. El lugar era amplio para los 3500 corredores, ningún problema ni apuro por los baños, en resumen fue una espera muy grata. Me puse junto al pacer de 3h15m y partimos con una fuerte subida de 1km de entrada.


Mi planificación era seguir al pacer hasta el 5K y luego filtrarme an un grupo de 3h10m. Cualquier resultado rondando 3h10m era lo ideal. Dicho plan solo me duró hasta el 9K cuando el pacer 3h15m me volvió a pasar, en ese momento supe que no estaba el horno para bollos y pasé a mi plan B: pegarse al pacer y luchar por las 3:15. 


Pasaban los kilómetros, bordeando la costa, con sus subidas y bajadas. Corriendo siempre hacia el oriente con el sol en la cara y una radiación en ascenso. La brisa refrescaba, condición que sólo duró hasta las 10:00AM. En ese momento en el 23K se me alejó definitivamente el pacer y supe que jodió mi plan B.



Por Dios que situación más difícil, estar a 19Km de meta y empezar a sacar cuentas, es agotador mentalmente, te mella el ánimo. Pensé varias veces en caminar, o de plano parar, pero un angelito en el oido me repetía “no pares, sigue, disfruta la vista, ¡no pienses!” Mi ritmo continuó bajando, hasta que un tipo al costado del camino me dijo “alza la cabeza, vamos”, así lo hice justo cuando decidí tomarme mi suplemento de cafeína, y ayudó. Mi plan C era mantener el ritmo a 150 pulsaciones, pero era difícil pues el calor lo empinaba siempre a 153, pulso que mantuve a raya lo que pude.


Tuve un segundo aire (gracias a Carolina, Ignacia y Agustín Plaza de los Reyes en el 25K con bandera chilena al viento), retomé un poco el ritmo y sostuve hasta el 37K dignamente. Cuando se me acabó la bencina mental. En dicho punto se entra al área urbana de Lisboa, se acaba el circuito costero, luego la brisa desaparece y el calor hace estragos. Me repetía, solo 25 minutos más de esfuerzo, dale. Justo cuando empecé a pasar zombies, muchos corredores que me antecedían iban parados o caminando, eso elevó los ánimos y pude sostener, ya sin nada que guardarme, mi pulso a 165 latidos. Enfocado en mi forma. Paso la marca del 41K donde me animaron la Vale, Carlos, Mila, Birgit y Jacobo quien me grita “corre viejo!”



Continuo pensando en un posible 3m23m, tiempo para un BQ*, no está mal, llego a los adoquines sueltos de Plaza do Comercio, par de resbalones, mucha gente apoyando, saco pecho y doblo por el arco monumental para cruzar la meta en 3:21:45. Muy, pero muy feliz de haber terminado, aliviado diría yo. Se me acerca una periodista micrófono en mano y solo atino a decirle “Sorry I can’t” venía tan cagado que solo deseaba llegar al hotel, refrescare y echarme en la cama. Dos horas tirado fueron necesarias para recuperarme mientras esperaba que Paulina llegara al hotel cumplidos sus 21K.


Luego de zamparme una pizza en familia, muy distendido fuimos a celebrar con el resto del grupo en "El Museo de la Cerveza” donde nos congratulamos de una experiencia exitosa, compartimos experiencias y comimos de buena gana. Nano hizo un sentido discurso, estaba muy emocionado de haber vuelto a desafiarse en un 21K, marcando un hito personal de superación frente a su problema de salud.


El último día Vale, Carlos y Mila ya habían retornado a Valencia, así como parte importante del grupo hacia otros destinos.  Quienes quedábamos nos juntamos despedirnos de Lisboa como correspondía: cena en un restaurante de Fado, intimo, con dos cantantes y dos guitarristas que nos pararon los pelos con voces sentidas y potentes. Tanto fue el impacto que con Pancho Olivari nos compramos hasta un CD, el cual fue firmado por la vocalista.


Lisboa resultó ser una ciudad de múltiples facetas, fue una experiencia en sí de múltiples facetas. Más sufrida que disfrutada, pero como experiencia global, inolvidable.


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