Habiendo corrido en
ocasiones anteriores al otro lado del Río de la Plata en Buenos Aires y
Rosario, siempre me asaltó la duda del por qué en Uruguay solo contaban con una
maratón, y no en su capital, si no en el balneario de Punta del Este.
Montevideo contaba con dos 21K distribuidos en
dos semestres, pero de 42K ni hablar. Hasta que a fines del 2013, de casualidad,
encontré una página que decía que se realizaría la 1ª Maratón de Montevideo con
fecha por confirmar.
Como no salía mucho, al pasar los días me comuniqué por
mail con el presidente del CAU, Pablo Sanmartino. Quien me escribió
"quedate tranquilo que el maratón va y será el 11 de mayo". Me
programé y comencé a entrenar "a ciegas" para mi maratón número doce,
con la esperanza de que se realizaría. Pero ya era marzo y de página oficial
nada, solo comunicados esporádicos en el sitio web recorreruruguay.blogspot.com.
Finalmente, a dos meses del maratón salió la
web oficial en Facebook con la fecha, inscripciones, el recorrido y todo. A los
organizadores les dieron duro en la web, los mismos uruguayos alegaban por la
poca antelación con que informaron y pronosticaban que iba a ser un desastre.
Yo no sabía qué esperar, pero durante los Juegos Odesur de Santiago me
comuniqué nuevamente con Pablo, quien andaba junto a la delegación uruguaya y
me dejó tranquilo. Acto de fe y a seguir entrenando.
Hay tres cosas que no pueden faltar en una
maratón: 1. Seguridad; 2.
Abastecimiento; 3. Recorrido bien medido. El resto es adorno: poleras,
bandas de música, público alentando, Expo-maratón, prensa, etc... Son irrelevantes
si falla una de las tres condiciones básicas.
Y reconozco que con todo este
asunto tenía mis dudas sobre esta carrera, pese a todo, me embarqué junto a la Pauli (que está vez decidió correr
21K), y dos matrimonios amigos del Santiago Runners: Francisco
Avendaño con la María Jesús y Carlos Gallardo con la Pame, este último se
subió a última hora ya que iba a correr en Mendoza el 4 de mayo, pero la
suspendieron súbitamente y re-agendaron la maratón para junio. Lo vi tan
abatido después de todo lo que la preparó que le dije "Charly, no te tinca
ir a correr a Montevideo, ¡la pasaremos bien! Además el circuito es plano
y a nivel del mar". No la pensó mucho y se subió al grupo.
Llegamos el viernes por la tarde en un vuelo
directo al aeropuerto de Carrasco que tomó dos horas, y 45 minutos después
estábamos en nuestro hotel a dos kilómetros de la meta. Partimos directo a la
pista Atlética del Estadio Centenario (una de las dos pistas de recortan de
todo el país ¡Qué diferencia con la infraestructura que tenemos en Chile, somos
privilegiados!), allí en una pequeña caseta la mismísima señora de Pablo
Sanmartino entregaba los dorsales, la polera oficial y recibía los U$22 de la
inscripción (pocos recursos pero todos con entusiasmo y la camiseta puesta).
Allí conversé con Pablo y el simpático Marcelo Szwarcfiter (Secretario General
del CAU) quienes me contaron que la idea era posicionar a Montevideo dentro del
circuito sudamericano de maratones, pero que al ser la primera no la habían
promocionado internacionalmente, pues querían ver cómo salía todo para corregir
las deficiencias en las futuras ediciones. Me dio todas las garantías en la
medición del bello circuito que realizó la misma Confederación Atletismo
Uruguaya, y que para la seguridad contaban con el apoyo de la Municipalidad de
Montevideo y la policía.
Pancho, Pablo Szwarcfiter, Pablo Sanmartino, yo y Charly |
En la nublada mañana del domingo tomamos un
taxi a la partida, ubicada frente al Palacio Legislativo, en pleno centro, muy
amplio y con ambiente festivo. Estábamos calentando motores cuando alarmado le
comento a Charly "compadre vamos a encajonarnos, quedan 4 minutos pa' la
partida!" cual fue nuestra sorpresa al percatarnos que entre los mil
atletas nadie se urgía, todos respetuosos, quedamos en segunda fila y nadie me
dio un codazo pese a partir en conjunto con los de 21K (¡igualito que en Chile
y Argentina!, ¡qué diferencia!).
Recorrimos seis kilómetros por el centro, y
en Montevideo el carrete juvenil es heavy. Varios gallos más doblados que un
churro y jóvenes en pleno carrete a las 7:00am nos miraban cariacontecidos al
pasar, nos animaban y gritaban leseras simpáticas que le pusieron picardia a
ese tramo.
En el kilómetro 6 bajamos a la Rambla que es
una costanera de 21 kilómetros por el borde del Rio de la Plata, donde cruzamos
por los barrios de Palermo, Punta Carretas, Pocitos, Buceo, Malvin y Carrasco
con el colorido amanecer de fondo, ¡espectacular! El abastecimiento se pasó,
cada tres o cinco kilómetros había agua, Gatorade y frutas. Sumado a grupos
organizados independientes que daban isotónicos, frutas, galletas, etc… El
circuito se esmeró en evitar un par de pesadas colinas, pero de plano nada, muy
ondulante y comepiernas. Yo tenía en mente bajar de 3:05 ya que venía saliendo
de un leve sobre-entrenamiento y sabía que bajar las tres horas no iba a poder
ser. Tema aparte el viento, si bien no fue terrible, se sentía a la ida
con esporádicas pero fuertes ráfagas. "Mejor, a la vuelta me agarra
de cola", me dije, pero ni lo sentí. En el 27K uno giraba en U para volver
al Parque Rodó, me cruzo con Charly y nos saludamos. Carlos Gallardo es un
corredor rápido con 31 maratones y 17 bajo tres horas, pero justo andaba con un
tirón en su isquiotibial y calculo que me llevaba 500 metros, "en una de
esas lo pillo", pensé. Más allá veo Pancho quien iba un kilómetro detrás
mío, se veía sólido "vamos Pancho, sigue así, te ves bien!" le grité.
Corrí como de costumbre, guiado por pulsaciones
a 153bpm, lo que para mi era muy bueno. Había pasado los 21.1k en 1:34:20,
"voy a llegar con un buen resto para el remate, quizás hasta baje mi PR (3:03:37)",
pensé, pero en el 28K sentí hormiguitas en los cuádriceps. Mala señal: ¡fatiga
de material!
Me contuve hasta el 33K para rematar con mayor seguridad y
comencé a acelerar, en el 34K me pasa un flaco que iba rápido, pero luego
se quedó pegado a unos cien metros. Charly se veía a lo lejos, pero se me
perdía en las curvas. Un espectador que había corrido 21k me grita al paso,
"vas bien chileno, dale que vas 18 en la general". En ese
instante muté y entré en "modo animal". No miré más el reloj ni el
pulsómetro, me quería comer al tipo de adelante, lo pasé en el 36K, luego pillé
a un mexicano y nos fuimos dando palos sin tregua hasta el 41,5K, en el
proceso pasamos a cinco corredores y sólo nos pasó uno, finalmente una subida
de 500 metros en el Parque Rodó hasta la meta, veo a Charly a escasos 100mt y a
las punteras del maratón a 80mt, pasamos a otro corredor pero el mexicano remató y me sacó 30 metros, Charly ni hablar de pillarlo. Crucé la meta en 3:06:48, 14 segundos tras la ganadora y el mexicano, y 57 seg. tras
Carlitos. Mi segunda mejor marca de las doce que he corrido, pero con un split
negativo de 2'28''. Los últimos 7k los corrí a 4:18min/km, llegué 28 en la general
y 7º en mi categoría (¡andaba confundido el amigo uruguayo!).
![]() |
Persiguiendo al mexicano a 500mt de la meta |
Cruzando la meta, dedos al cielo ¡misión cumplida! |
Veo a Charly
sudado entero y nos damos un abrazo, aparece la Pauli, nos damos un alegre beso
y me desparramo sobre una silla de plástico junto a Carlos. "Puta que estuvo
dura, ¿o no Carlitos?", "Terrible compadre, ¡¿adónde que había una
bajada al final?!", me respondió. Pero estábamos felices. Sólo faltaba
Pancho, calculábamos que debía llegar por los 3:15, finalmente llegó en 3:17:54
y mejoró su PR en cinco minutos, estaba molido pero feliz.
Raja en la silla tras la meta |
Como epílogo, mi acto de fe pagó con
creces, concurrí a una maratón bonita, segura, no se me cruzó ningún auto ni
perro (no se ven perros vagos en Uruguay), full abastecida, bien medida,
con tiempo chip, linda medalla, polera y toda la buena onda y gentileza del
pueblo montevideano. Y eso que fue la primera. Tenemos una excelente y nueva
opción para correr un maratón de primer semestre en Sudamérica. Lo único que me
llamó la atención fue la falta de alfombras de registro y controles durante el
recorrido, le pregunté por esto a una agradable señora, atleta máster, y me
dijo, "no pasa nada, es que acá no se acostumbra a hacer trampa". Así
que agréguenla en su agenda maratónica junto a Santiago, Lima y Mendoza, se
llevarán una agradable sorpresa.
![]() |
Pancho, Charly, yo, Pauli y la Jesu |
Comentarios
Publicar un comentario